la frase del dia...

La conciencia es algo que no nos impide cometer un crimen, pero sí disfrutar de él.



domingo, 9 de junio de 2013

Manga

El termino manga puede no ser muy conocido por la mayoría de la población, si consideramos a  niños pequeños y adultos mayores, en los países latinos. De hecho no es una palabra de la lengua española, sino, la forma en que denominan a las historietas en Japón. De una manera un poco más formal manga es todo comic de origen japonés, aunque son muchos lo que llaman de esta forma a toda historieta con el mismo estilo de dibujo.

Dibujo de Jazmín Lindao


Actualmente se lo considera un fenómeno mediático, comercial y cultural a nivel mundial. Por ejemplo si realizamos una búsqueda con la palabra manga en google obtendremos cerca de cuatrocientos ochenta y seis millones de resultados en varios idiomas. Si reducimos el rango de la búsqueda a solo imágenes aparecerán cerca de ciento veintiséis millones de resultados. Y si orientamos nuestra búsqueda a libros aparecerán aproximadamente dos millones cien mil resultados.

Opuesto a lo que muchos piensan el manga no es de reciente aparición. Los adultos quedaran convencidos de esta afirmación si recuerdan dibujos animados como “Mazinger Z”,  que por cierto cumplió cuarenta años  el pasado tres de noviembre de dos mil doce.  Si se  retrocede  un poco más en el tiempo aparecerá el nombre de “Astroboy”, perteneciente a la década de los sesenta  y muy popular todavía. Estas dos series animadas fueron basadas cada una en su propio manga.

Astroboy (creado por Osamu tezuka) introdujo varias características especiales, tanto en dibujo como en el guión, que perduran en la producción de los autores contemporáneos. El creador del manga moderno, como también se conoce a Tezuka, imprimió tanta humanidad en sus personajes, en sus historias que estas atraparon a toda una generación dentro y fuera del continente Asiático.  Los ojos desproporcionadamente grandes fue otra característica que “El Dios del manga” plasmó en sus diseños para darles mayor expresividad; Este rasgo es distintivo del estilo anime- manga en general.

Actualmente, los títulos más populares son: Naruto, Bleach y One Piece. Los otakus, como se denominan los seguidores de este arte, los llaman el trío Shōnen (dirigido a un público adolescente del género masculino).  Estos mangas son actualmente publicados en la revista semanal Shūkan Shōnen Jump, la más popular en Japón con una circulación de aproximadamente cinco millones de ejemplares por semana, y también la más reconocida en el mundo.

La industria relacionada al manga ha crecido exponencialmente en los últimos tiempos llegando a generar millones de dólares en venta de productos y servicios. Los títulos más populares se convierten en animes (dibujos animados) y los que alcanzan un éxito mayor llegan a ser grandes franquicias con películas animadas y de live action, Cd’s, muñecos, ropa, accesorios… Sería interminable la tarea de nombrar todas la áreas en que se aprovecha la marca para generar dinero. Un ejemplo común en las calles de la ciudad son los Cd’s piratas que venden en cualquier esquina. Se pueden conseguir por este medio todos los capítulos, Ova’s y películas de los animes más conocidos (Pokemón, Dragon Ball, Saint Seiya, etc…).





Un dato de gran importancia es que también hay un amplio mercado de productos dirigido a las personas que quieren convertirse en mangakas (autores de manga). La no existencia de algunos artículos en el país no es un obstáculo, importan, construyen; lo primordial es tenerlo. Libros, revistas, suministros de arte, todo lo que sirva para crear un manga propio es un ítem por comprar.

Foto tomada en el stand de artistas en acción durante la convención nacional del comic Guayaquil 2011


Algunos padres se quejan por la cantidad de dinero y tiempo que sus hijos gastan en todo lo relacionado a “esos dibujitos chinos”, como los llaman ellos. Se preocupan por las malas influencias de “esos muñecos de pelos parados” y esos Pika-pikas amarillos que tiran rayos, pero, algunos abuelos también se preocupaban muchos años atrás de cómo sus hijos eran influenciados negativamente por esa música disco y esas tortugas que se creían ninjas y la rata que hablaba. Es innegable que todo lo que ven, leen y escuchan afecta a los niños y adolescentes positiva y negativamente. Lo discutible es que se considere totalmente negativos a los mangas.

Son públicos los casos en que los imitadores han realizado actos criminales parecidos a ciertas acciones leídas en el número semanal de la Shōnen Jump. Pero, también son conocidos los casos de criminales que culpan a la música que estaban escuchando o una película en particular. La cuestión es que no se puede generalizar en ningún caso. Son numerosas las personas que encontraron una frase épica, un motivo para seguir o una lección de vida mientras leían su titulo preferido.


Es importante respetar siempre la opinión y gustos de los demás y es incorrecto discriminar a alguien solo por tener un estilo de vida diferente. El ser humano siempre tiende a tachar de malo lo desconocido, a pensar que no es normal. Sería interesante buscar información sobre lo que se deja a un lado por encasillarlo de friki, tal vez  termine por gustate lo que antes criticabas.

Publicado originalmente en la revista "Comunicador X". Esta revista se realizó con la colaboración de Carlos Jaramillo y Alex Peñaherrera. 

Redactado por Jefferson Mero.

miércoles, 22 de mayo de 2013

También en Espol

Wilmer es el de la izquierda

Wilmer Acosta está actualmente cursando el cuarto semestre la carrera Ingeniería  industrial en la espol. Nos confiesa que su gusto por los animes es hereditario, es decir, su padre ya veía dibujos animados antes que él. Con respecto a los orígenes de fanpol comenta que inicio como un grupo de Facebook hasta que después de dos semanas de creado y con cincuenta miembros en la página decidió crear el grupo oficialmente en el campus prosperina. La entrevista que nos concedió tuvo lugar junto a las instalaciones de Fepol. A continuación un versión editada de la sesión de preguntas y respuestas.
¿Qué es Fanpol?
Fanpol es un grupo de fanáticos del anime con la misión de reunir a todos los aficionados a la animación japonesa dentro de la espol. Las actividades que lleva a cabo son reuniones, cursos de japonés y a futuro queremos hacer un grupo de estudio de dibujo, también prestamos monitores de la fepol para jugar videojuegos y hace algún tiempo hicimos una colaboración con Codies.
 Según lo que sabíamos ustedes proyectaban animes en ciertas aulas.
Así es, pero se suspendió por que varios reglamentos internos de la espol no lo permitían.
¿Tienen planeado llevar a cabo algún evento o convención sobre anime y/o manga?
Claro, desde que empezamos esa ha sido una de nuestras metas, pero hasta el momento no hemos podido por reglamento internos de la espol. Te comento, hace unos días el presidente de Codies me llamo para ver si organizamos una convención entre ambos grupos, pero todavía está en veremos.
¿Fanpol ha apoyado, está apoyando o tiene pensado apoyar a estudiantes para que publiquen sus trabajos en el campo del manga?
Hemos tratado de hacerlo, pero las personas con que hemos colaborado siempre se excusan con el factor tiempo. En estos momentos estamos buscando dibujantes para comenzar nuevos proyectos que se publiquen en internet cada dos semanas y si pega comenzar a imprimir.
Ok, cambiemos de tema ¿Crees que el manga es un medio de comunicación?
Si, si creo que es un medo de comunicación.
¿Crees que el anime y el manga se pueden usar para manipular masas?
No he escuchado de un anime utilizado para manipular masas es mas no me parece, pero si ha habido algunos que han causado gran controversia como Death Note.
¿Crees que el anime y el manga pueden llegar a ser una mala influencia?
El problema es que todo lo que llega a ser una obsesión es malo. Tiene que ver bastante con la personalidad, no es como muchos dice: “Es culpa del anime que es diabólico”. No es culpa del anime.


Publicado originalmente en la revista "Comunicador X". Esta revista se realizó con la colaboración de Carlos Jaramillo y Alex Peñaherrera. 


Editado por Jefferson Mero.